
Juan Antonio Fernández Caamaño es el pintor de la luz. Criado entre el olor de las botas de vino, el viento de levante, el aroma a sal y pescado y la luz de la costa atlántica andaluza, siempre se vio abocado a manifestar a través de las artes plásticas la realidad y la experiencia de la vida mirada con el prisma de pintor consagrado. Su técnica es suelta dando en cada pincelada plasticidad, volumen que casi se puede llegar a tocar y sentir. En cuanto a la perspectiva de sus obras, el esfumato envuelve, en numerosas ocasiones, el aire que respiran sus personajes y paisajes costumbristas.

Nacido en El Puerto de Santa María, su temática nos transmite sentimientos de felicidad, optimismo y esperanza, y valores como la tradición, la conservación del patrimonio histórico y natural y el respeto por el ser humano como soporte de experiencia vivida. Óleos, carboncillos, acuarelas y sanguinas se nos abren en abanico para ofrecernos el arte que viene del sur y va al sur, que nace en Cádiz.

Las composiciones equilibradas y proporcionadas coronan sus óleos y acuarelas a modo de colofón de obra. Su paleta abarca una amplia gama de colores desde los más fríos de masas de aguas de sus marinas, hasta los más cálidos de sus atardeceres. Marinas, motivos ecuestres, retratos, escenas de la vida cotidiana del ámbito agropecuario, naturalezas muertas, bodegones, paisajes y la belleza femenina, son tratados magistralmente como temas predominantes con la sensibilidad humana del pintor espiritual orgulloso de la tierra que le dio la vida.
Villa Luenga. Gouache. 60x45
Parque Cervantes. Alcalá de henares. Óleo.
11500 El Puerto de Santa María, España

